Todos, sin excepción, en algún momento hemos boicoteado nuestra propia vida.
¿O crees que tú no lo has hecho?
Recuerdo cuando hice mi segundo curso de Crecimiento Personal, me había trasladado a las Islas Canarias. Iban a ser tres días de trabajo intenso, con un grupo grande de personas. Tenía poca experiencia y mucho miedo a hacerlo mal o quedarme en blanco. Esa noche en la habitación del hotel, donde iba a celebrarse el curso, yo me sentía morir, empecé a tener fiebre y me quedé sin voz. Mi organismo claramente, estaba respondiendo a mis temores, me estaba boicoteando. Solo cuando tomé conciencia de lo que estaba ocurriendo, conecté de nuevo con mi cuerpo y con mi corazón, recordé para que estaba allí, y al entrar en comunión con mi Esencia, recuperé mi Poder.
A la mañana siguiente estaba totalmente recuperada, y con el coraje y la seguridad necesarios para afrontar con alegría el reto. Y el curso fue un éxito.
¿Te ha pasado alguna vez algo parecido?
Vivimos tratando de lograr objetivos, cosas que deseamos, bienestar, relaciones plenas, éxitos profesiones o personales, y sin embargo en muchas ocasiones hacemos aquello que no nos conviene para conseguirlo, con ello nos estamos saboteando.
El autosabotaje es la inclinación a ponerse trabas, límites o complicaciones a uno mismo durante el camino hacia nuestras metas. Es nuestro peor enemigo, porque nos aleja de nuestros sueños, nos llena de temores y frustraciones, que nos hacen sufrir y nos paraliza.
Y lo hacemos en nombre de la cualquiera de las manifestaciones del miedo: Miedo a no ser amado. //A que tu pareja te deje. // A quedarte sin trabajo. // A la pérdida de un ser querido. // A que te ataquen. //A la muerte. //A sufrir, al dolor. // Al fracaso, incluso al éxito. Y lo peor, es que la lista puede ser interminable.
Pero tú tienes el poder de frenar el impulso dañino del miedo. No enfrentándote a él, sino comprendiendo la razón que lo motiva.
Cuando tienes miedo te bloqueas, te paralizas, y con ello surgen sentimientos de angustia o de estrés, que llevan a una actitud negativa, que puede dar lugar al victimismo.
Esa faceta destructiva se origina en el “esto no es para mí”, “no estoy lo suficientemente preparado”, “no sirvo para esto”, “no voy a conseguirlo”, en definitiva, es el “NO PUEDO”, y entonces de manera involuntaria la persona se enferma, se equivoca, comete errores a veces incomprensibles, que le llevan al fracaso.
Quien se siente víctima mantiene una actitud cerrada, pasiva, de queja constante, por la situación que vive, que le provoca una gran insatisfacción y sufrimiento. Se pierde autoestima, y la persona se vuelve insegura, inconstante, pierde su fortaleza, y poco a poco va destruyendo su ilusión y la esperanza en conseguir su objetivo.
Cuando nos boicoteamos, postergamos decisiones, negamos realidades, elegimos situaciones equivocadas y engañosas, que terminan por dañarnos aún más. Eso lleva a la desmotivación y a la frustración. Quien se boicotea no hará nada, porque salir al encuentro de una nueva realidad, le parece difícil y complicado, le da miedo, e inconscientemente, se inhabilita para ver una luz al final del camino.
Aunque en casos muy concretos, el autosabotaje puede protegernos de algo puntual, como podría ser un posible fracaso a corto plazo si no estamos de verdad preparados, pero visto a largo plazo, siempre nos hará perder ilusión, empuje y el enfoque en nuestros objetivos.
Ser conscientes de las trampas que nos solemos poner a nosotros mismos, nos permite reconocerlas de inmediato, con el fin de evitarlas en futuras situaciones.
¿Qué tipos de autosabotaje podemos emplear?
1-Tolerar, muchas veces permitimos cosas y situaciones que no nos gustan, porque creemos que, si no lo hacemos, dejaran de aceptarnos o querernos.
– “Tolero un trabajo, que no me satisface y me genera malestar”.
– “Tolero decisiones con las que no estoy de acuerdo”.
2- Negarse las necesidades que uno mismo tiene.
– “No necesito que me quieran…” /- “No me hace falta tu ayuda…” /- “No necesito nada, estoy bien así…” / “No me interesa…” / “No me apetece…”
Estas expresiones son muy habituales en personas que se cierran a vivir cualquier tipo de experiencia por miedo al fracaso. Como puede ser embarcarse en una nueva relación; encajar en un nuevo trabajo; comenzar un negocio. O incluso, mostrarnos sin máscaras, tal como somos.
Hay también quienes temen el éxito, son personas que se exigen demasiado a sí mismas, se marcan unas expectativas muy altas desde el primer momento, que les causan estrés y agotamiento, hasta el punto de poder llevarlos a tirar la toalla antes de llegar a la meta. Es el caso de los deportistas, que, teniendo una buena racha, se desestabilizan al cometer un error, y acaban en una derrota total.
3- Procrastinar, esto es, posponer y posponer las cosas…indefinidamente
Sin duda, una de las maneras más eficaces para fracasar es dejar para luego…, para mañana…, lo que hay que hacer hoy. Este es un hábito muy tóxico, que merma ilusión, motivación y hace perder el foco del objetivo, y la persona acaba por sentirse incapaz para actuar.
4- Poner excusas a la hora de tomar decisiones. “No sé qué hacer…”. De este modo se expresa quien trata de eludir responsabilidades, es la clara manifestación de quien no quiere tomar las riendas de su vida. Con esta actitud la persona se convierte en un mero observador de su vida, tal vez porque piense que no es lo suficientemente bueno como para aspirar a algo mejor.
5- No ser constante es otro modo de autosabotaje. No terminar lo que se ha empezado, nos va mermando la confianza en nosotros mismos, avocándonos al fracaso, tal vez porque nos asusta que nos valoren o no ser suficientemente bueno.
Entonces, ¿qué podemos hacer para evitar el autosabotaje?
-Lo primero es tomar conciencia de nuestros miedos, aceptarlos y tratar de saber de donde surgen, escuchando su mensaje escondido, solo así podremos vencerlos.
-Querernos a nosotros mismos, valorarnos y tener en cuenta nuestras necesidades. Esto nos ayudará a NO TOLERAR, lo que no queremos.
-Cultivar una buena autoestima, que nos proporcione confianza y seguridad en nosotros mismos, de ese modo dejaremos de depender de lo que piensen los demás de nosotros, y podremos establecer relaciones equilibradas.
-Aprender a vivir con intensidad en el ahora, en el momento presente, que es donde discurre la vida.
-Sanar las heridas interiores abiertas que sigan causándonos sufrimiento, algo que debe hacerse a través de la aceptación, del perdón y del amor, con ello pondremos fin a tiempos viejos y cerraremos etapas.
-Trabajar el autoconocimiento, planteándonos en que podemos mejorar, que tipo de hábitos positivos debemos incorporar, para nuestro mayor desarrollo personal, espiritual y profesional.
Todas estas pautas nos llevaran a un importante cambio de actitud, que nos abrirá a la aceptación de las infinitas oportunidades que nos ofrece la vida y el Universo para ser felices.
Ahora, imagínate tu mejor futuro…
Un abrazo
Sara