– Maestro, desde que estoy aquí en este remanso de paz, estoy en armonía. Por eso he decidido quedarme.
– ¿Para qué quieres quedarte?
– Para estar tranquilo, sin tantas preocupaciones. Fuera me siento inseguro, ¡hay tanta incertidumbre!
– ¿Qué provoca en ti la incertidumbre?
– Miedo a no saber qué va a pasar, a que las cosas me vayan mal en la vida.
– Debes aprender a confiar en ti mismo y actuar en consecuencia.
– Puede que sí, maestro, pero no sé luchar con ella. Me infunde temor, me vuelve débil y me quita el sueño.
– Pues este es el momento en el que debes regresar al lugar del que viniste. Debes partir esta misma tarde.
– Pero maestro, si no quiero irme.
– Esta tarde saldrás de aquí, insistió el maestro con una aplastante seriedad. Se dio media vuelta, y se alejó despacio, ante la atónita mirada del discípulo, que no comprendía la actitud de su afable maestro.
Tengo que volver de nuevo a casa, se dijo a si mismo con cierto desasosiego.
Mientras caminaba pensó en la sociedad actual de la que pretendía alejarse, dominada por la inmediatez y el estrés, donde todo transcurre a una velocidad vertiginosa. En la que todos quieren tener más, ser superiores, y por tanto llevar la razón, tener fama, prestigio, y por supuesto ganar por encima de todo y de todos. Un mundo dominado por el ego, en el que la competencia es cada vez más feroz, y la incertidumbre está presente de manera continua. Y se sintió acongojado.
El temor del discípulo es muy semejante al que experimentan muchas personas ante la inseguridad a la que deben enfrentarse cada día, algo muy patente en la época en el que nos encontramos. Del viejo paradigma de la seguridad profesional y económica, que proporciona un engañoso equilibrio personal, poco queda en este tiempo.
Las cosas ya no son como antes, todo está cambiando, y debemos entrenarnos para convivir con lo incierto, aprender a crear a cada paso nuestro presente y con ello nuestro futuro. Siempre fue así, porque cuando la persona se acomoda al bienestar logrado y se aferra a lo que le es conocido, se está impidiendo crecer.
La incertidumbre, el no saber lo que va a pasar mañana, provoca miedo a lo desconocido, y sin embargo es el verdadero motor de la evolución humana. Lo incierto empuja al individuo a la acción creativa, para salir de su zona de confort, para seguir avanzando en su vida.
15 claves para afrontar la incertidumbre:
- Cuida la calidad de tus pensamientos, lo conseguirás pensando en positivo. Para ello aprende a ver el lado amable y bueno de las personas y de los acontecimientos, porque hasta lo más adverso, tiene algo que enseñarnos. Destierra los innecesarios, esos que solo llenan por llenar, momentos de vacío, y permítete descubrir el enriquecedor valor del silencio, te ayudará en tu autodescubrimiento.
- Gestiona bien tus emociones, conductas y hábitos. Debes estar atento al lenguaje de tus emociones, a través de ellas puedes descubrir que es lo que no te agrada, que te está provocando malestar, que hay detrás de la ira o del miedo. Cuando escuches tus emociones, a través de tu cuerpo, podrás reorientar tus hábitos y tu conducta.
- Mantén una actitud positiva. Recuerda que los pensamientos generan emociones y estos sentimientos, de manera que, si estás pensando desde el miedo o la desesperanza, eso se volverá tóxico, y te dañará. Sin embargo, si te centras en lo positivo, experimentarás sentimientos de bienestar, de entusiasmo, de amor, de alegría, que te harán tener una actitud positiva, y todo lo que hagas estará marcado por esa positividad. Y por tanto el resultado de tus acciones será bueno.
- Adáptate a las circunstancias. Ni la inteligencia, ni los conocimientos son definitivos para afrontar la incertidumbre, sino la capacidad del ser humano para adaptarse a las nuevas situaciones que se le presenten, por complicadas que puedan resultar. El que se adapta sobrevive, del mismo modo que sucede en el reino animal.
- Se creativo. La mejor herramienta que tenemos para combatir lo incierto es la creatividad, que nos permite buscar soluciones y alternativas de manera innovadora a cualquier circunstancia o problema. Quien es creativo no teme la ausencia de seguridad, porque sabe crear opciones novedosas en cualquier momento.
- Ten tus objetivos claros, saber lo que quieres te ayudará a afrontar los momentos inciertos con coraje, y te mantendrá enfocado con tesón y perseverancia en la acción decidida para lograr tus metas.
- Vive en el momento presente, que es lo único que tienes con total certeza. Estar centrado en el ahora te permitirá enfocarte en lo que haces, de ese modo lo realizarás de manera extraordinaria. Por otro lado, vivir en el presente evita que sufras por los acontecimientos pasados o que experimentes miedos desconocidos por proyectarte hacia un futuro incierto.
- Confía en ti mismo, en tus habilidades y talentos. Es importante que descubras y liberes todo tu potencial, de ese modo sabrás que sea cual sea la situación futura, siempre podrás contar con tus capacidades y recursos, eso te dará confianza en ti. Y sabrás que puedes lograr lo que te propongas.
- Vive de acuerdo a tus valores, que son los que le dan sentido a tu vida, y son los que marcan la guía invisible que te mantiene perseverante y positivo ante la adversidad, sin dejar de ser tú mismo.
- Planifica tu superación personal desde la perspectiva de tus fortalezas, que te ayudarán a mantenerte en esos momentos complicados.
- Vive cada día de manera diferente, como si fuera único. Y desarrolla una actitud de gratitud ante la vida, así atraerás hacia ti todo aquello que agradeces.
- Utiliza un lenguaje positivo en todos los momentos de tu vida, especialmente contigo mismo, porque provocará en ti emociones positivas y tu estado de ánimo se volverá optimista y abierto a nuevas oportunidades. Los demás te lo agradecerán y establecerás excelentes relaciones interpersonales
- Busca el equilibrio cuerpo, mente y corazón. Ya que cuando lo consigas, experimentarás paz, alegría y serenidad, y todo tu ser trabajará en perfecta armonía para sacar lo mejor de ti mismo. Esa coordinación solo se da estando en el momento presente, en el que uno está enfocado de manera positiva, en lo que es y en lo que hace. Entonces se produce un perfecto fluir energético en todo el ser, que proporciona fortaleza y un torrente de energía y vitalidad.
- Ama lo que haces. Cuando llevas a cabo aquello que realmente te gusta no te supone un gran esfuerzo, y ante la adversidad eres capaz de insistir en ello, de perseverar hasta lograr el éxito en tu trabajo.
- Sal de tu zona de confort. Observa la realidad, aprende lo que necesites para avanzar, y trata de cambiar tus circunstancias, trascendiendo tu zona de confort, en la que te has mantenido por comodidad y por la seguridad que te proporcionaba. En un primer momento puede que eso te cause temor, pero no puedes quedarte anclado en algo que no te satisface, que te desmotiva y te hace infeliz. Actúa con valentía para que tu vida cambie.
Un abrazo
Sara